Pienso que nosotros mismos los ecuatorianos somos los únicos culpables del por qué no avanzamos en el Ecuador, será acaso que no sabemos escoger bien a nuestros gobernantes y nos dejamos influenciar ante los demás sin medir las consecuencias antes de actuar o de votar, pues actuamos como masoquistas y nos estamos mal acostumbrando a sentir el dolor ajeno y el propio como parte del quehacer diario, como si en verdad observáramos a los sicarios criminales, delincuentes, drogadictos, violadores, falsificadores de documentos, alcohólicos vagos en las calles pidiendo caridad, como si fueran parte de la costumbre de nuestra sociedad, cuando las familias ecuatorianas simplemente están desunidas y los malos hábitos foráneos se están infiltrando en el quehacer diario en nuestra sociedad. Hacia dónde vamos si existe un qué me importa frente a los demás y si el trabajo es difícil para conseguirlo además el dinero no alcanza para sobrevivir. Será todo esto un proceso largo revolucionario que tendremos que soportar para consolidar la democracia en el Ecuador o es la mejor forma de ignorar la realidad de los ecuatorianos frente a los demás.