Es inaudito que una comunidad de naciones, donde la mayoría de sus integrantes son estados de derecho adheridos a las Declaraciones Universal y Americana de DD.HH., generalmente respetados, como la Libertad de Expresión, de Opinión Política o Religiosa, de Reunión, de Movilización, etc. han elegido como representante al Jefe de un estado totalitario Stalinista con partido único, que desconoce Derechos, y atropella a sus ciudadanos manteniendo presos de conciencia, donde no existe libertad de opinión ni de expresión, menos aún pluralismo ideológico, por lo que es insólito que quienes impulsaron nuestro ordenamiento Constitucional que consagra esas libertades, se identifiquen con estados dictatoriales contrarios a la Libertad y Democracia que nos anima, por lo tanto, quienes no están de acuerdo con el Mundo Libre, no deberían tener relaciones comerciales ni recibir inversiones o asistencia, de los países democráticos, lo que provocaría la miseria en que viven los estados totalitarios e integristas, exponiéndose a que los pueblos indignados los fulminen del mapa político.