En medio del caos general, el patrimonio se cae a pedazos y con autorización institucional. Pasé por la esquina de la iglesia de Santa Teresita, en la 9 de Octubre y Robles. Comprobé con horror y tristeza, que ahora hay un parqueamiento donde se levantaba la bella arquitectura art déco del Palacio Cardenalicio, hito urbano y político.
¿Acaso solo se considera patrimonio a lo colonial? La ignorancia y el simplismo acaban con testimonios de la historia. ¿Qué tal el engendro de especulación edilicia que cerca al castillo Larrea? Lo único que uno siente es necesidad de salir de este país y no volver jamás.