Nos representaron 36 deportistas y para ello una preparación por meses, de la que no hay reportes diarios, ni entrevistas, cuyos protagonistas son esforzados deportistas, con muchas dificultades en todo sentido, pero llevaron consigo sus sueños y los de muchos ecuatorianos. Absurdo enterarnos que Álex Quiñónez dejó el deporte para trabajar en la albañilería y no porque esto no sea valioso, pero en otros países ser deportista es su único trabajo.
Mucho para pensar para los próximas Olimpiadas; real apoyo estatal y de la empresa privada; pensar que el deporte no solo es el fútbol, priorizar quienes viajan, más entrenadores menos directivos; que la bandera la lleve un deportista como Álex Quiñónez, motivando a quienes hicieron el mejor papel. Qué orgullo oírle al señor Quiñónez que fue capaz de hacer lo que hacen “ellos”, refiriéndose a Bolt, y es verdad la grandeza de cada uno está en uno mismo individualmente y como país.
A nuestros deportistas en las Olimpiadas, ¡gracias!