¿Dónde está la plata?; ¿Se recuperarán los miles de millones de dólares que robó el correato?; ¿La Contraloría General del Estado practicará algún día, un examen especial a los ingresos petroleros, de más de 300 millones de dólares, que ingresaron a las arcas del Estado, durante la “bonanza petrolera”, por los altos precios del barril, en los años 2007 al 2014?; ¿Y las investigaciones de las rutas del dinero, con los misteriosos viajes presidenciales a los paraísos fiscales, en qué quedaron? ¡Al parecer, éstas y otras preguntas, no tendrán respuestas!
Estos traficantes de dinero, que surgieron en la nefasta década correísta, la del atraco, del atropello, de la farsa, de la farra, de la prepotencia de la mentira y el engaño, no se cansaron de llenar sus faltriqueras con los dineros del pueblo. Cometieron toda clase de abusos y excesos y tuvieron vía libre para sus fechorías, pero crecía el populismo correísta. No hubo límites para su sed insaciable de poder y meter mano a los recursos del Estado. ¡Ah, pero traficaban con ‘manos limpias’! Los poderes Legislativo y Judicial fueron ramplones serviles del caudillo. La Fiscalía General y la Contraloría, miraban hacia otro lado, convirtiéndose en descarados y audaces cómplices de la banda. Estos traficantes hoy están sometidos a una justicia recta e impoluta, no a la torcida y manchada del ex presidente.
El destino de un mejor país, es ahora o nunca, ya que después será demasiado tarde para revertir la mancha hacia el despeñadero. Para los depredadores que saquearon al país, su castigo será el olvido y la decadencia. Para los futuros gobernantes, que no crean en brujerías, como ésta, la más cruel y estúpida de todas: “El Socialismo del Siglo XXI”.