Si algo ha caracterizado a esta campaña, es la suciedad. El albañal como fertilizante de esperanza. No son los periódicos los culpables. Buena parte está en las redes sociales. Hemos visto una por una, infamia tras infamia. Claro que parte está en nosotros como soslayo insalvable, el haber hecho de nuestro tiempo, comedores de carroña y claro esto, a la final huele mal, por donde se lo mire. No quiero saber cómo son las elecciones en otros países, con lo que tenemos en el nuestro, basta. ¿Quién luce más limpidez Lasso o Moreno? Nos toca juzgar, y aquí, ya no solamente en medios sociales, sino en los que se camufla como droga, en los sectores populares, ahí está la campaña, hirviendo como saco de alacranes y la gente mete sus manos, saca sus ojos, saborea en sus labios y cae. Ahora bien, la pregunta del millón es como poder salvarse del contubernio; definitivamente esta es una campaña de Infierno. Algún cura dijo que la tierra era dominio del diablo, por eso llegaron con la permisión de Dios, Hitler y Napoleón (¡!!!!!!) ¿Y para los que no son creyentes, o para los agnósticos o indiferentes, como pueden catalogar a este sumidero? Pero por otro lado, el uno al verse atacado por una pistola, no puede coger un machete, porque de seguro el que tiene la pistola, lo va a liquidar en el acto, “armas hacen armas” así se desarrollan los códigos de honor en la guerra. No le queda al otro que atacar con el mismo sumidero. ¿Quién paga las consecuencias? El pueblo. Se ha traído de todo a esta campaña… ¿Qué nos queda cuando vemos los colmillos del fascismo digiriendo las carnes y el vino sobre la alfombra de tricolor Patrio? Seguir luchando, cuando todo puede parecer perdido, seguir luchando, porque finalmente no hay mal que dure cien años, ni patria que lo resista. Lo dijo Churchill de esta manera” Así si usted en una determinada batalla ve escasas sus posibilidades para luchar no deje de seguir luchando; si usted ve que cada día cada minuto son más escasas sus posibilidades no deje jamás de luchar, y si por último, no hay ya ninguna posibilidad de ganar, no deje por Dios de luchar, porque es preferible perecer que vivir en la esclavitud.