La democracia es un sistema que funciona bien… si es que las autoridades son preparadas y capaces. Es inentendible que se sacrifique este concepto a cuenta de defender una participación indiscriminada.
No existe en el mundo la posibilidad de que gente sin preparación o incapaz pueda llevar adelante tarea alguna que se le encargue.
Presenciar las argumentaciones sin ton ni son de funcionarios, escuchar las críticas y opiniones sobre actuaciones de autoridades de gente que sí está preparada y que fundamenta sus expresiones, avergüenza a todo un país.
Una democracia madura elige a los mejores, a los más capacitados y experimentados, a los honrados. Elige a la gente ponderada y equilibrada.Lamentablemente, los “adalides” de la democracia que actúan en nuestro país, se ahogan y deslumbran por la participación sin filtros.
Para obtener los mejores resultados de cualquier actividad se debe exigir el cumplimiento de los requisitos apropiados. Esto ocurre también en los empleos. Cuando se privilegia únicamente la amistad o la afinidad ideológica, se atenta contra el futuro.
Hay ejemplos palpables: Venezuela, Cuba, inclusive la misma Rusia, donde los desastres y fracasos económicos y sociales , son un testimonio de lo que no se debe hacer.