Cataluña desde sus inicios ha buscado ser una nación independiente, sin embargo, tratados de antiguos gobernantes le han impedido poder disfrutar de ello. La población ha visto como su trabajo y esfuerzo se han convertido en beneficios, pero no para ellos, sino para los demás pueblos. La población catalana se encuentra insatisfecha con las reparticiones económicas y empiezan a agotar sus recursos legales, lo cual desembarcará en más problemas de los ya vividos.
A lo largo de los años Cataluña se ha resistido a ser parte de una nación. Durante los siglos XII a XV tuvo un auge económico significativo siendo un reino común con Aragón. La producción agrícola aumentó junto con la población. El claustro de Sant Pere de Rodes extendió sus influencias al Rosellón, Francia, se crearon empresas, las forjas se multiplicaron, el mercado y la banca prosperaban. Cataluña entró en competencia con Venecia y Génova por el comercio con Oriente. Todo este auge parecía no tener fin, hasta que llegó la peste negra, lo cual trajo muerte y malestar a la población desembarcando en crisis. En su punto máximo se deja incorporar al nuevo reino unificado de los Reyes Católicos en 1469, del cual hasta la fecha busca independencia.
El referéndum de independencia de Cataluña de fue un referéndum de autodeterminación convocado por el Gobierno de Cataluña, suspendido por el Tribunal Constitucional el 7 de septiembre de 2017 y finalmente celebrado de manera ilegal en la comunidad autónoma española de Cataluña el 1 de octubre de 2017. Tuvo 5’313 564 habitantes inscritos, 2’286 217 votantes, reflejando una participación del 43,03%. Los votos a favor del Sí fueron 2’044 038, representando un 90,18% de los votantes. Los votos a favor del No fueron 177 547, representando un 7,83%. Y los votos en blanco fueron 44 913, representando un 1,98%. Estos datos son proporcionados por la Generalitat de Cataluña.