Hace poco leí una noticia sobre las sanciones, para variar, que se impondrían a las personas que se atrevan a vender musgo natural para cumplir con esa vieja costumbre quiteña de hacer los “nacimientos” en esta época del año. Nos advertían de las multas a las que se exponen quienes utilicen la piel de la tierra para este fin, lo cual no está mal, desde el punto de vista de la naturaleza. Lo que sí me sorprendió es el argumento de algún vocero del Ministerio del Ambiente que indicaba que el utilizar el musgo natural afectaría la vida silvestre de los insectos, anfibios y otras especies; entonces yo me pregunto cómo afectará a estas mismas especies la utilización del uno por mil del parque Yasuní. Seguramente el vocero no habrá participado en la elaboración del informe favorable del Ministerio para que la Asamblea autorice la explotación petrolera en esa zona, naturalmente sin pensar ni en el musgo, los insectos ni nada.