¿Qué mundo viviríamos, si una empresa gasta más de lo que vende y sube el precio a sus productos para cubrir su déficit? ¿Qué pasaría si sus clientes están obligados a comprar a esos precios, viendo impotentes cómo esta empresa gasta dinero sin control en cosas suntuarias?
Eso vivimos los ecuatorianos. El Gobierno quiere cubrir su déficit con más impuestos, que pagaremos obligados pese a conocer que se alimentará un gasto público desmedido. Son 9 reformas tributarias en 4 años de revolución ciudadana. Pregunto, ¿cuántas revisiones ha tenido el gasto y el tamaño de la burocracia? ¿Cuánto cuesta tanto gabinete y cadena sabatina itinerantes en su trasmisión y logística para hacerlo desde diferentes lugares cada semana? ¿Cuánto cuesta la infraestructura física, de personal y seguridad de tanto burócrata? ¿Qué se ha hecho para recaudar los impuestos a los evasores y para eliminar las pérdidas negras en los servicios básicos? Una tarea pendiente del Gobierno.