Todo cliente se ve seriamente explotado o perjudicado cuando existen monopolios faltos de ética o ejercen poder para imponer sus condiciones en servicios o productos básicos.
La competencia es lo más sano y la única solución para evitar estas situaciones tan perjudiciales a los consumidores.
Hoy en Ecuador el obeso Estado concentra cada día más su poder sobre las empresas y consolida su monopolio a través del cual ejerce poder y perjudica a los sometidos ciudadanos.
El IESS es una notable muestra de empresa que perjudica en cientos de millones mensuales a los pobres afiliados.
Hoy a través de las empresas eléctricas el Estado ejerciendo su poder monopólico nuevamente arremete contra los consumidores para explotarles, imponiendo tarifas de castigo similares a los aportes al IESS y justificando con la ya cansina frase de “Solidaridad” donde se esconde la más atroz estafa y la más irritante ineficiencia empresarial.
¿Qué pasa con las pérdidas negras de electricidad? ¿Hasta cuándo pagaremos las pérdidas de Alegro? Ya es hora de poner en orden nuestra economía rompiendo monopolios donde el Estado es el principal actor.