Con una celeridad digna de mejores causas, un acucioso juez acaba de dictar una insólita y desmesurada condena en contra de directivos del prestigioso diario El Universo y del ex columnista de opinión Emilio Palacio, por el único delito de hacer uso de la libre expresión para reflexionar públicamente sobre lo que en el país acontece. Con esto se ha sentado un doloroso precedente en contra del derecho colectivo a informarnos de la realidad de fuentes independientes. Es un atentado contra la libre expresión, que es connatural en el ser humano. Por eso hago llegar mi nota de solidaridad a todos quienes conforman la planta editorialista e informativa y más trabajadores de ese rotativo nacional, en su valiente e irreductible posición. Ustedes están realmente escribiendo una página de heroísmo frente a los peligros que entraña el silencio y la complicidad, que nos puede hundir en una tétrica noche de regresión y oscurantismo.
Mi modesta solidaridad, también, a toda la prensa libre de nuestro país.