El último monarca nacido en estas tierras se llamaba Atahualpa, reinaba el inmenso Tahuantinsuyo y fue ajusticiado por los conquistadores españoles en 1533 por encargo de otro monarca de otras latitudes llamado Carlos I.
Nuestro país vivió subyugado a la monarquías españolas de distinto estilo hasta 1822 cuando Simón Bolívar nos liberó y nunca más las hemos tenido como tales. Luego debimos pasar por intentos de algunos de nuestros gobernantes de creerse dueños y señores de toda esta tierra y sus gentes, haciendo y deshaciendo nuestro presente y futuro al mismo estilo de cualquier reyezuelo autoproclamado. En la actualidad y cada vez que el sistema democrático nos llame a elecciones debemos tener la suficiente valentía para rechazar las maniobras de los autosuficientes , mentirosos y vanidosos que proclaman sus derecho a un reino. Acabamos de pasar 10 años de jolgorio monárquico que desquició nuestro sistema democrático y republicano y nos dejó prendados por décadas.
Por allí y por allá camina un señor de apellido Vargas autoproclamándose descendiente de todo monarca que hubo en nuestras tierras y de aquellos que pretendieron serlo. Que proclama abiertamente su derecho a coronase porque circunstancialmente dirige el mayor conglomerado indígena del país que basa su fortaleza en el uso de la fuerza. Para que el señor Vagas logre avanzar en sus propósitos solo basta nuestro desinterés y nuestro recelo. Yo, me declaro anti monarca.