En ‘Cartas al director’ del 29/06/12, un señor hace agudos cálculos sobre los refugiados en nuestro país (y eso que excluye a mujeres y niños) aunque resalta que también hay sicarias y niños ‘gamines’ ¡como si ellos hubieran elegido serlo! Categoriza las formas en que los extranjeros pueden, bajo su perspicaz análisis, delinquir. Anota que, si no caen en lo anterior, generan inseguridad por mendicidad, prostitución y consumo de drogas. Y hay más: los extranjeros de alto nivel se dedican al lavado, tráfico de armas y testaferrismo. Cierra con una simpleza, por no decir, estupidez: que Colombia es grande y que entonces les hagan un lugarcito… A su entender, es un problema de espacio… No, señor, el problema es gente como Ud. que ve en cualquier extranjero a un sospechoso. Es la falta de humanidad ante personas que están en un estado de extrema vulnerabilidad, como son los refugiados, vengan de donde vengan.
El cruce de culturas, razas, costumbres y creencias enriquecen siempre a un pueblo. Por eso aquí, que lamentablemente hemos tenido poca mezcla, somos tan provincianos, mojigatos y xenofóbicos.