Los ecuatorianos hemos perdido la capacidad de asombro. Demandas por USD 40 millones que podrían dejar a muchos sin trabajo, demandas por USD 2 millones a periodistas que investigan, niña que cae por ducto de ascensor por negligencia, bebés que nacen en cajas de cartón, funcionarios que se comen cheques, sicariato a la orden del día.
Hemos perdido principios y valores básicos de una sociedad: ética, moral, buenas costumbres, y sobre todo, respeto. No somos seres inertes.
Debemos criticar cuando las cosas no están bien y no vivir con miedo, víctimas de la inseguridad. Es triste ver lo difícil que es emprender en nuestro país u obtener justicia cuando uno es parte del común de los mortales. Vivimos en un aletargamiento intelectual, debemos despertar.