Con esta expresión me reprendía mi superior médico tras analizar mi producción de atención en consulta externa de la morbilidad gastrointestinal infantil durante la rotación de internado en un subcentro de salud marginal de Machala. Hasta ese entonces, novel en la práctica sanitaria y, más aún, en las argucias administrativas de envió de informes, matrices y similares. Resultaba que en los reportes mensuales de cada unidad primaria debía proyectarse una meta mínima de atenciones sobre las cuales se calculaba mediante regla de tres el grado de cumplimiento de las consultas médicas para una morbilidad en particular. Es decir, la categoría de excelente se daba cuando el número proyectado difería mínimamente del reportado. Con obvio reparo, y temor claro está, expresé mi desconcierto sobre la manipulación explícita de la información. Recibiendo de respuesta, que la presentación cuantitativa del informe continúa un camino vertical hacia planta central y en todos los niveles se camufla y/o maquillan los datos con la finalidad de satisfacer las demandas administrativas en proyecciones de atención sanitaria. Desde ese entonces, cada vez que me entero de los logros en salud de cada gobierno de turno, me acuerdo que: ¡les encanta que les mientan!