Lo que verdaderamente impacta en el meridiano conocimiento de nuestro pueblo, es la forma de administrar justicia en las diferentes instancias, juzgados, tribunales y cortes provinciales y nacional que ahora, desde que se aprobó el nuevo Código Orgánico General de Procesos, se dictan providencias declarando el abandono de las causas para reducir el trabajo, haciendo caso omiso de que existen disposiciones que obligan a los jueces a aplicar las normas que estuvieron vigentes al momento de presentación de los juicios, hasta su terminación, si las demandas han sido presentadas antes de la vigencia del código mencionado.
Así mismo llama la atención las diferencias de las sentencias que se expiden, dependiendo del tribunal que las dicta. Así, en el caso de los sobornos a funcionarios del anterior régimen, a todos los involucrados, se les ha sentenciado a ocho años de prisión por igual; mientras que en el caso de los nueve detenidos en Lago Agrio, acusándoles de una supuesta paralización del bombeo de petróleo en octubre del año pasado, las sentencias fueron diferentes, llegando al colmo de que por el mismo supuesto delito, seis de los sentenciados ya están libres y tres se encuentran guardando prisión, por la misma causa. ¿A esto debemos llamar justicia? Y ¿qué hace el Consejo de la Judicatura con aquellos jueces que dictan providencia en contra de ley expresa y castigar a estos malos operadores de justicia?