Ecuador con aproximadamente 17 millones de habitantes está atravesando en los últimos 20 años momentos de angustia y preocupación, debido a la inseguridad y peligrosidad que atraviesa nuestro país, por un sistema Judicial inmoral y poco confiable al no aplicar y ejecutar las leyes impuestas por el código penal.
Miles de ecuatorianos calificados como ciudadanos decentes y honestos, tienen pánico y temor al salir de sus hogares, por miedo hacer víctimas del asalto, secuestro o a una muerte inesperada, mediante acciones maliciosas por vándalos a cualquier hora del día y en todas las ciudades del país.
Delincuentes, violadores y sicarios de enorme peligrosidad salen completamente libres sin cumplir su pena máxima, por una Justicia corrompida y antiética, por ciertos jueces deshonestos y sobornables, que no han logrado combatir ni reducir el peligro y la inseguridad en nuestra querida patria.
La solución no es portar armas o tratar de endurecer las leyes, las únicas salidas que nuestro país necesita y de manera urgente es contar con una Justicia digna y responsable, con Jueces imparciales y honestos, pero lo más importante es educar a la ciudadanía con valores y principios.