El pueblo de Quito anhelante de un cambio total para terminar con la corrupción y la partidocracia, dio un apoyo decisivo al presidente Correa en todas las votaciones que tuvo a bien convocar; han pasado cuatro años y la reciprocidad o gratitud que se esperaba del beneficiario jamás se hizo presente. Actuó como un politiquero más que, cumplido su propósito, da la espalda a sus electores y no es porque no haya recursos. Por otra parte no estamos pidiendo limosna, somos los mayores aportantes al Erario Nacional y en justicia nos corresponde un mejor tratamiento; claro que nos falta un Alcalde que vele por los intereses de Quito, como hace el de Guayaquil, que pone de rodillas al Gobierno. Para montar la próxima campaña nos anuncia que el Estado dará el 50% del costo del metro, con esto patentiza la “sapada” de asegurar el apoyo en las próximas elecciones cuando estamos ahogándonos en la inseguridad y la falta de vialidad, con esto nos juzgan como estúpidos. Me decía un taxista que “Correa nos tiene bronca a los quiteños y le caemos gordos” y pensándolo bien tiene razón, por eso nos tiene a dieta…. de obras e inversión.