A propósito del movimiento a escala mundial de los indignados, hago la siguiente reflexión:
La riqueza del mundo no está ni en el oro ni en los billetes emitidos por los bancos, ni en las materias primas ni tampoco en los recursos naturales.
La riqueza se la genera con trabajo y conocimientos, la riqueza es el valor agregado del ingenio humano; es el dinamismo del intercambio de productos y tecnología.
Tanto el oro como el billete son meras representaciones tanto del esfuerzo y del conocimiento de los pueblos, la riqueza está en el trabajo que genera excedentes o ahorro representado en el dinero.
El capital concebido como producto del ahorro es básico para generar riqueza, pero el capitalismo tiene su talón de Aquiles, la especulación, el tratar de
generar riqueza sin el concurso del trabajo, distorsiona la economía y nos lleva a las burbujas bursátiles y sus consecuencias nefastas.
La crisis financiera mundial tiene relación con el manejo especulativo del capital y al gasto social de gobiernos irresponsables redistributivos.
Es fácil gastar, tanto a nivel personal, empresarial o social; lo difícil es generar riqueza.
Imaginemos un Ecuador sin petróleo y seremos ricos.