¿Quién es este? Ignorantemente, así reza un grafiti al pie del busto del historiador jesuita Juan de Velasco. Por años la memoria del erudito riobambeño, amamantado por una indígena, ha permanecido pintarrajeado en la av. Orellana, ante la indiferencia de quiteños y no quiteños.
Cómo se puede concebir que hoy en día, mientras el conductor que desobedece la restricción vehicular es sometido a severas multas, graffiter@s; por el contrario, tienen a sus anchas todas las paredes y puertas de la ciudad.
Si los uniformados de la Policía Nacional y del Municipio no dan abasto para montar un operativo que extermine esta plaga; señor Alcalde, solicite miembros del Ejército Ecuatoriano. Las condiciones en que tenemos a Quito no le corresponden por ser ‘Capital Americana de la Cultura’.
De no funcionar esto, ¿habrá cómo restringir la venta de pintura en aerosol?
Alguna medida debe haber que nos devuelva una ciudad para el buen vivir.