El gobierno alternativo es la piedra angular de nuestro sistema “republicano”. Cambiarlo por un ‘gobierno vitalicio’ de reelección indefinida no puede hacerse por “enmienda”, pues se cambiaría el carácter del Estado, a espaldas del pueblo. El art. 441 de la Constitución no permite interpretación alguna al respecto, solo el acatamiento. Los mandatarios no son “todo” el Estado, incompleto sin el territorio nacional y los mandantes que lo conformamos. Abandonar el carácter alternativo de nuestra historia republicana no es posible por “enmienda”, solo por “reforma”, previa una consulta al verdadero soberano.