Con la promulgación del Código Orgánico, “Organización territorial autonomía y descentralización” -COOTAD- en el año 2010, se expidió una de las leyes más nefastas del correísmo, la cual “regula la descentralización territorial de los distintos niveles de gobierno y el sistema de competencias”; dando así luz blanca a la discrecionalidad y abuso por parte de los GAD -a nivel nacional- especialmente a los municipales, quienes en virtud de este código que otorga su autonomía política, administrativa y financiera, han abusado de esta norma legal para generar nuevas formas de ingresos para sus arcas y consecuentemente, “administrarlas” a su conveniencia.
Los GAD municipales, no solo han metido mano a los bolsillos de los contribuyentes al establecer avalúos catastrales e incluso superiores a los avalúos comerciales en los predios, sino además, en la administración de tránsito, razón por la cual vemos a “peligrosos conductores” (con varias multas de tránsito) atentando contra la ciudadanía al circular con sus vehículos a 52 km/h, mientras que, el gremio de transportistas hace de las autoridades lo que les place, sin considerar que son ellos quienes tienen los más altos índices de accidentes de tránsito, los mismos que quedan en la más penosa impunidad.
De otro lado, a pesar de la alta recaudación, es común ver nuestras calles llenas de baches, con agentes de tránsito concentrados en revisar su celular en vez de dirigir el tránsito y finalmente tenemos medidas paliativas como el pico y placa, que hace mucho tiempo dejó de ser eficaz.
Concluyó así, afirmando que urgen reformas a esta norma jurídica, en vista de las políticas abusivas implantadas por los Gobiernos Autónomos Descentralizados; para ejemplo, un botón: el GAD de la capital que ha pasado por la historia con más penas que glorias.