Este Diario hizo público el retraso de algunos proyectos hidroeléctricos. Una de las razones es la frágil institucionalidad del sector, así como no haber integrado, desde un inicio, una solución completa a la provisión del servicio eléctrico, la cual no solo involucra la generación sino que también la transmisión, la distribución, la comercialización y la demanda.
Para tener un sector eléctrico confiable se requiere una institucionalidad fuerte, en la cual las instancias de control técnico, independiente del poder político debe potenciarse. La máxima de que proyectos hidroeléctricos entregan energía barata no es tan cierta si tomamos en cuenta los costos iniciales. Se requiere una optimización de las inversiones. Una mejora en la administración y reingeniería de las empresas es indispensable. La aprobación de tarifas, que permitan una sustentación propia es necesaria. Y, finalmente, los consumidores reclamando un servicio de calidad a un precio justo.