El Ecuador ha sido uno de los pocos países que no ha tenido guerrilla. Los entendidos concluyeron que los ecuatorianos iríamos hacia la izquierda en base a los votos y no por las armas. Esta conclusión transformó al Ecuador en la “isla de paz” del continente y las guerrillas no llevaron a cabo casi ninguna acción dentro de nuestro territorio a excepción del caso de Nahim Isaías. Debido a las diferencias limítrofes con Perú nuestra atención estuvo enfocada sobre la frontera sur y la norte casi quedó abandonada, y esa es la razón por qué hasta ahora se siga encontrando bases abandonadas por la guerrilla colombiana.
Ahora último la acción del narcotráfico no solo trata de usar al Ecuador como un lugar de tránsito, sino que ya se comercia droga en el país. El lavado de dólares ha tomado fuerza, especialmente en la construcción y en el comercio y producción informal de minerales. El transporte por mar de la droga en embarcaciones pequeñas hacia Centroamérica y México cada día se incrementa por falta de medios para patrullaje y detección como radares de Superficie y Antiaéreos. Los narcotraficantes han logrado obtener grandes sumas de dinero y no escatiman esfuerzo alguno para adquirir y usar la tecnología más avanzada para transformar la droga. Para transportarla igualmente usan aviones especiales con excelentes pilotos para volar muy bajo y así evitar ser detectados. Por mar usan todo tipo de embarcaciones incluyendo submarinos artesanales y por tierra en vehículos especiales cuya infraestructura esconde o disfraza a la droga. Las acciones que estamos sufriendo ahora no son llevadas a cabo por la guerrilla colombiana sino por los narcotraficantes, con el objeto de amedrentarnos y conseguir que les dejemos actuar como lo venían haciendo, o atenernos a las consecuencias. Bueno, quizá nos lo merecemos, pues para algunos políticos, una vez que firmamos con Perú el acuerdo limítrofe, ya FF.AA. no eran necesarias, y poco a poco las han desmantelado, incluso con el ánimo de aparentar un desprecio a las mismas, como lo hizo repetidas veces el Gobierno anterior. La realidad que vivimos ahora muestra lo equivocados que estaban estos señores. Por el contrario FF.AA. garantizan la soberanía de una Nación, aseguran el futuro de un país, metas intrínsecas a cumplir por las autoridades de cualquier Gobierno. Al momento el señor Presidente acertadamente asignó una partida para adquirir material indispensable para que las FF.AA. puedan cumplir con su deber, pero ahora falta proceder a la adquisición de ese material, a la instalación del mismo, entrenamiento y adiestramiento para su uso, y todo esto tomará su tiempo, mientras tanto seguiremos siendo vulnerables.
El Gobierno además debe planificar y ejecutar acciones para desarrollar las áreas fronterizas en forma urgente.