En la ejecución de la obra pública obligatoriamente deben haber dos procesos básicos que son: el proceso de construcción y el proceso de control; el primero, realiza las actividades y operaciones necesarias para que se produzca la trasformación del cemento, áridos, madera, hierro, etc. en productos como: viviendas, carreteras, aeropuertos, edificios, etc. y el segundo, realiza el seguimiento, valoración y crítica de lo que hace el primero mediante el control de: la calidad, el plazo y la inversión de la obra; el proceso de construcción está representado por el constructor y, el administrador del contrato y fiscalizador de la obra son responsables del proceso de control.
El talón de Aquiles en el Ecuador ha sido y es, el proceso de control; este proceso es el mayor responsable de los resultados, de la mayoría de las obras ejecutadas por el Gobierno Central en la década pasada, han salido a la luz obviamente solo las obras emblemáticas: petróleo, electricidad, salud y educación. Lo más grave es que, las obras ejecutadas por los gobiernos seccionales no son diferentes, tienen la misma impronta, solo que bajo el pretexto que son pequeñas no salen a la luz, desconociendo que sumados sus montos pueden rebasar fácilmente la inversión de cualquier proyecto grande. Para muestra tenemos el siguiente caso: hace cuatro años un GAD Municipal del centro del país construyó un sistema de agua potable, mismo que tuvo muchas falencias tanto de diseño como de construcción, en el segundo, se presentaron eventos de irrespeto al contrato, como en pleno proceso de construcción, intempestivamente, sin razón ni autorización de la cabeza institucional cambiaron los tipos de válvulas, se irrespetaron también las normas vigentes como pagar por adelantado rubros que fueron ejecutados después de un año o posiblemente nunca; las obras ejecutadas mediante orden de trabajo fueron pagadas con precios unitarios, se cobraron multas con malos procedimientos de cálculo, se recibió provisionalmente la obra sin saber exactamente la fecha de terminación de la misma, etc. Los responsables de este perjuicio técnico-económico al Municipio sin duda fueron: la firma fiscalizadora de la obra y el administrador del contrato, sería por desconocimiento o por algún interés particular, solo ellos saben; de este tipo de casos se pueden contar muchos en el país. “Falta control serio en la construcción de la obra pública”.