Hace varias semanas la destacada periodista Thalía Flores, escribió un sesudo artículo periodístico en este Diario, sobre las “latrocidades” cometidas en la década comandada por el anterior presidente con su equipo humano “de manos limpias, mentes lúcidas, corazones ardientes” (y bolsillos reventando, agrego) y se preguntaba ¿Cómo es posible que hayan cometido tantas anormalidades?
Pero, si haber cometido tantas anormalidades resulta ciertamente sorprendente, es inaudito, inexplicable, fuera de toda razón lógica, ¡inverosímil! Que haya gente que siga apoyando ciegamente a quien o quienes fueron los autores intelectuales y materiales de todo un sistema de corrupción desarrollado en nuestro país. Acciones corruptas probadas y comprobadas, ex altos funcionarios presos, otros fugados, varios enjuiciados en procesos muy lentos, otros sentenciados por causas menores a las que les corresponde, testigos que certifican los hechos y, con todo ello que ¿hayan correístas? aunque pocos … ¡es increíble!; solo puede explicarse por un ciego fanatismo, o porque recibieron buenas tajadas del enorme pastel, lo que ha permitido el aparecimiento de nuevos ricos. ¡Es sorprendente que todavía hayan correístas, aunque sean muy pocos!