¡El Ecuador ha muerto! El escándalo de corrupción de las fundas de cadáveres en esta pandemia ha sido el último aliento de este enfermo que agonizaba por la pandemia de la corrupción, del separatismo y de la falta de sentido del Bien Común.
El gobierno de Correa se encargó de quitarle la medicina a este enfermo con la constitución del 2008, en la cual el Ecuador, de ser una nación pasó a ser un país plurinacional, es decir muchas naciones y con esto cada una solo ve por los intereses de su “nación o tribu”. La Conaie tiene justicia indígena, territorio, milicia y combustibles subsidiados propios, los sindicalistas tiene la propiedad de los pocos empleados que todavía existen y cuyos líderes están en la dirección en 2 siglos, desde los años 70 del siglo 20 hasta la segunda década del siglo 21, los empresarios demostramos una visión únicamente gremial, Guayas es otro mundo, la Asamblea juega otro partido para otros intereses, los correístas buscando el caos para seguir depredando y así el Ecuador ha muerto.
El olor a putrefacción es terrible cuando en el peor momento de la historia de esta ex nación se han dado casos de corrupción impensables para un país. Era el momento de decir “ni un paso atrás” y juntarse todos en la búsqueda del bien común, de salvar vidas, empleo, empresas y el futuro.