A través de los medios de comunicación, nosotros podemos generar conciencia. Esa idea hizo que escribiera esta carta, la cual considero hará reflexionar a quienes padecen dolores y no los toman en cuenta. Yo fui una de esas personas. Se me presentaron dolores en la espalda y creí que era estrés o un problema de columna ocasionado por una mala posición, pero no era así. En los centros de salud los médicos me enviaban solo calmantes porque no encontraban absolutamente nada en las radiografías. El dolor dejó de centrarse en la espalda, pues comenzó a molestarme el abdomen; y como no cesaban los malestares y cada vez se agudizaban más, me trasladé hasta el Hospital Los Ceibos del IESS. Después de hacerme exámenes de sangre e imágenes, el médico me internó para someterme a otros procedimientos como: tomografía y endoscopia. El diagnóstico fue: Pancreatitis e inflamación de todos los órganos del sistema digestivo, lo que provocaba que yo sintiera peso al caminar y los dolores en la espalda y el abdomen. Quiero agradecer públicamente al personal médico y asistencial que me atendió en el Hospital Los Ceibos, porque ese diagnóstico correcto fue el que salvó mi vida. Me pregunto, para obtener el diagnóstico correcto, ¿de quién es la responsabilidad: del médico o del paciente? Si explico el dolor que siento y el médico no me escucha o solo me aplaza el dolor con paracetamol, ¿de quién es la culpa? O si padezco el dolor y el cuadro se agrava por no ir a tiempo al médico, ¿de quién es la culpa? Deseo que las personas sean más conscientes a la hora de acudir al médico. Si no quedan conformes con la opinión de él, busquen a otro y sigan las recomendaciones del caso. Solo nosotros podemos velar por nuestra propia salud, nadie más.