Los tiempos extraordinarios, requieren medidas extraordinarias.
Llegó una vez más el canto de la vorágine destructora de nuestra educación, aquel que nos condujo a los momentos más tristes de nuestra historia.
La educación en nuestro país está siendo ultrajada y destrozada por la voraz amenaza del control total y el adoctrinamiento, y me pregunto, ¿dónde está la voz de nosotros, los jóvenes? ¿Dónde está esa juventud rebelde que no se dejaba imponer las ideas de otros? ¿Dónde están nuestras representaciones?
Jóvenes compañeros, tenemos que hacer algo antes que nuestra patria amada se vea autoincinerada en este fuego de inconstancia e ignorancia propiciado por las autoridades nacionales, tenemos que levantar nuestras voces y si es necesario, salir a las calles y protestar expresando nuestro libre albedrío de estudiar y nuestro derecho a la libre opinión consagrado en la constitución de la República.
Muchachos, no dejemos que el tirano gobierne y dirija nuestras vidas. Opinión y llamado de un estudiante de bachillerato ecuatoriano.