Aún no me siento en la silla de Presidente de la Casa de la Cultura y ya empieza el cuchicheo. Un señor recogedor de datos, Freire Rubio, en una esquelita dramática, alude a que yo he pedido la renuncia al compañero Ulises Estrella, de la Dirección de la Cinemateca. Al respecto debo aclarar lo siguiente:
Nunca he solicitado la renuncia a Ulises Estrella. Tampoco a ninguno de los trabajadores de la CCE.
Mi admiración permanente, desde hace muchos años por Ulises Estrella como formador de juventudes, y como amigo contestatario y reflexivo, no como “disfrutador de la nueva burguesía” como le aconseja Rubio.
Con otros compañeros como Abdón Ubidia o Ilonka Vargas hemos conversado sobre la idea de llamar con su nombre la Cinemateca de la CCE, como un homenaje a sus treinta y tres años de fecunda labor .
La sugerencia de Freire Rubio para que Ulises se una a los “jubilados” es de su propio peculio, y también su chato concepto sobre la palabra “reverdecer”. Le remito a García Lorca.