Cien años de vida es una idea que puede causar reacciones encontradas: temor, angustia, paz o felicidad, sin embargo, para Ana María Brito Santillán, el 20 de enero, es un cumpleaños muy esperado, para festejarlo con toda su familia. Ella nunca se casó y no tuvo hijos, pero ahora tiene una gran familia: seis sobrinos, 12 sobrinos nietos y 11 sobrinos bisnietos.
Es riobambeña y vino a Quito en 1935, junto con sus padres y 4 hermanas, para continuar los estudios de secundaria, pues en esa época, en Riobamba no había oportunidad para que las mujeres al terminar la primaria, puedan seguir estudiando. Aproximadamente 50 años fue una costurera muy solicitada por las mejores familias de la capital y se dedicó a este trabajo con capacidad y responsabilidad, para ayudar a sus padres en la educación de sus hermanas menores. Vivir 100 años es algo maravilloso, más aún si se llega con todas las facultades físicas y mentales, con una memoria increíble. Con sus recuerdos nos hace conocer cómo era la vida en Quito hace 60 ó 70 años, cuando la ciudad comenzaba en La Recoleta y terminaba en la Colón. ¡Cumpleaños feliz!