Quiero empezar destacando que el presidente Correa sí ha realizado obras en el país, pero debe hacer lo que bien dijo el gran Maestro de maestros: luego de que hayas hecho lo que tenías que hacer, decid “Siervos inútiles somos”.
Si el Presidente ha hecho algún trabajo bueno, está bien, no necesita ser felicitado, porque para eso se le eligió. Pero, en contestación a la carta publicada por Marco Guerrero, bajo el título ‘Por culpa de Correa (19 de octubre, página 11), quiero decir que también es culpa de Correa que se hayan “gastado” millones de millones en salud y que sigamos sufriendo tanto para acceder a ella.
Es culpa de Correa que no tengamos orgullo de ser ecuatorianos sino de avergonzarnos por la pobre imagen que tenemos afuera por sus insultos, peleas y falta de democracia; es culpa de Correa que haya tanta división entre los ecuatorianos, fomentados por sus discursos llenos de resentimiento; es culpa de Correa que ya no se pueda denunciar la corrupción de este Gobierno, so pena de persecución, juicios o de que te boten de tu trabajo (lo he vivido personalmente).
Por culpa de Correa el petróleo está “embargado” a China y casi nadie nos da créditos, pues es mentira que no paguemos deuda externa; por culpa de Correa ha aumentado el desempleo (la realidad es distinta a los números que el Gobierno presenta); por culpa de Correa y en poquitos años, hoy muchos de sus allegados son “nuevos ricos y nuevos millonarios” con tres o cuatro años en el poder, cuando a un ciudadano del pueblo le ha costado 20 ó 25 años de duro trabajo, tener una casita y un carro, de los cuales hay que pagar altos impuestos; por culpa de Correa la plata de los ecuatorianos se va en propaganda en lugar de usarse en salud, empleo y vivienda.
Le pido señor Correa que sea culpable de algo bueno: de nuestra unión, del progreso, de la seguridad, de la felicidad, de que ya no perdamos a nuestros seres queridos en manos de la delincuencia que usted quiere indultar. De eso quisiera que fuera culpable y condenado a “gratitud perpetua” de los ecuatorianos.