Vivir por acá es otra cosa. El sur era siempre como que no fuera Quito. Todo se hacía del Centro Histórico para el norte. Yo con mi familia teníamos que coger tres buses para llegar.
Era un verdadero martirio el tiempo y la forma en que teníamos que transportarnos todos los días.
Nunca estuvimos dentro de las consideraciones para hacer las obras porque acá, Guamaní, ya está lejos, según todo lo que nos decían y explicaban.
Por eso yo sí creo que la nueva estación de la Ecovía que llega hasta acá nos sirve muchísimo a todos los vecinos.
Como tiene que ser, ahora si nos están tomando en cuenta. Ya podemos ir a trabajar más tranquilos, los niños ya van al colegio y ya podemos decir que tenemos un buen servicio de transporte público. No solo que los buses eran insuficientes, sino que eran inseguros y atentaban contra la dignidad nuestra.
Por eso me di el tiempo para escribir esta carta, porque ya se nos toma en cuenta. Además, quiero decirles a todos los vecinos de esta zona que, así como recibimos esta obra, tenemos que cuidarla para mantenerla. La Ecovía nos ha cambiado la vida y debemos ser conscientes de sus beneficios y las responsabilidades que tenemos ante este gran cambio.
Hay que reconocer que la extensión de la Ecovía con los alimentadores, nos ayudan a estar más tranquilos y seguros. Ahora llegamos en menos tiempo, mucho más cómodos y podemos pasar más tiempo con la familia o hacer deporte.