Qué bochornoso, la corrupción en los países latinoamericanos no solamente extienden las manos los empleados públicos de cargos menores, también lo hacen a nivel de presidentes y vicepresidentes de la República, a las esposas hay que castigarlas por cómplices y también parientes que hacen de intermediarios para tapar la responsabilidad de los altos funcionarios. Hay leyes para castigarlos de acuerdo al grado de corrupción, pero los jueces no aplican y por ende estos corruptos de cuellos blancos se los premian y sí guardan prisión en calabozos con comodidades, mientras los ladrones que hacen raterías están en los peores, sucios y asquerosos calabozos.