Vistos en los últimos días, artículos como el de Diego Pérez Ordóñez (que gracias a Dios no lo conozco) titulado “Ni Adán ni Eva”, que se han convertido en abogados de pobres queriendo defender a las minorías discriminadas de las diversidades sexuales hacen ver su discriminación para con la mayoría que no estamos de acuerdo con la imposición de ideas que rompen valores humanos de orden moral.
La miopía moral hace pronunciar ideas que quieren hacernos creer que “laico” significa estar siempre en contra de valores morales que constan en códigos de muchas religiones. En el tema particular, quienes defendemos la familia como institución natural también tenemos derecho a que se respeten nuestras convicciones y que podamos exigir que las mismas se plasmen en las políticas públicas, no queriendo imponer convicciones religiosas sino una institución social natural que da vida a la sociedad por ser la única que se reproduce por sí misma: la familia heterosexual.