El artículo 6 de la Constitución dice: “Todas las ecuatorianas y los ecuatorianos son ciudadanos y gozarán de los derechos establecidos en la Constitución. La nacionalidad ecuatoriana es el vínculo jurídico político de las personas con el Estado…”.
Hace dos siglos, Bolívar habló de la nacionalidad americana; y hoy se pretende hablar de la nacionalidad acorde con los intereses del FMI y sus préstamos, que debemos pagar los ecuatorianos a inmediato, mediato y largo plazo.
La visita del Lic. Moreno al señor Trump en agradecimiento al caso Assange y a la luz verde del manejo económico vertical sin políticas sociales, sino de ajuste ilimitado a la clase media y a la menos favorecida, donde se aglutinan más de un 60 por ciento de desocupados, y el reiterado reconocimiento al presidente Guaidó en Venezuela, abriendo una puerta para marginar al máximo al dictador Maduro, a más de formales convenios donde se incluye el aprendizaje del inglés, han comprometido el voto del Gobierno ecuatoriano; y éste, tomando el nombre del “Estado ecuatoriano” para la reelección del Secretario General de la OEA, Sr. Almagro. La candidatura de la compatriota Dra. María Fernanda Espinosa, ex canciller y ex presidenta de la Asamblea General de la ONU, toma cuerpo pese a que su Estado progenitor le ha declarado, hasta la fecha, huérfana.
Su proyección de trabajo sobre la democracia, seguridad, desarrollo y derechos humanos, preocupan al país prestamista y al país deudor.