Su ausencia del país posiblemente no le ha permitido apreciar en toda su dimensión la crisis que afronta el IESS. La falacia, la insensatez y la pasión política partidista han sido los móviles que le han colocado al Seguro Social en una situación trágica. Con la convicción de que no busco empleo porque ya soy viejo, quiero prevenir al candidato – presidente que una posible quiebra del IESS ocasionaría un caos social irreparable y una conmoción política muy difícil de controlarla, pues la Patria estaría de luto.
Con una promoción agresiva y sin sustento técnico, se dijo que el IESS era financieramente sostenible durante 23 años, sin el aporte del Estado del 20% que la Ley garantizaba desde 1942. Luego, el Gobierno, con el falso argumento de que el IESS tiene superávit, resolvió no contribuir con este 40% y que la Asamblea incluyó en la reforma legal, con el añadido de que el Estado garantizará el pago de las pensiones cuando haga falta. Con esta decisión irrazonable se destruyó la base del equilibrio financiero del sistema tripartito, y que representa una disminución anual de ingresos por mil millones de dólares, lo cual incrementa el déficit actuarial del fondo de pensiones.
No contento con ello, con irresponsabilidad y torpeza, se tomaron recursos del fondo de pensiones para cubrir el déficit de salud, poniendo en riesgo financiero a las dos cuentas. De paso, se congeló el incremento de las pensiones jubilares. Asimismo, el Gobierno desconoció el pago de 1 800 millones por la atención médica otorgada por una ampliación de cobertura de salud, y concedida sin financiamiento alguno. El capital ahorrado de los trabajadores ha servido para financiar el presupuesto del Estado, que al parecer bordea los 13 mil millones, con el interés del 7,5%, recursos que se los entregan con servilismo inaudito, sin considerar el riesgo y la iliquidez fiscal. Se conceden y renuevan préstamos al gobierno, por montos de 360 millones e intereses del 2% en tanto que a los afiliados se les cobra hasta un 11%.
La liquidez del IESS está en duda por falta de transparencia en las cifras, pero el crédito solicitado recientemente en el exterior, es un síntoma preocupante de esta posibilidad. El presupuesto del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social para el 2016 tuvo un déficit de 1 738 millones y, siendo así, ¿cómo se van a financiar las pensiones a partir del 2017?