Las luces del derroche por estas fiestas de Quito no suplen la tradición de un festejo mortecino al que pusieron la puntilla cuando acabaron con las corridas de toros completas en nuestra ciudad.
Durante 50 años las fiestas de la capital, los desfiles, las bandas en los barrios y la presencia de las grandes figuras taurinas de España y México ,con toros españoles y nacionales atraían a turistas de todo el mundo. Llegaban de Perú, Colombia, México. Venían de Estados Unidos y de Francia.
Los canales de televisión competían de manera legítima por la sintonía con los mejores comentaristas nacionales e invitados españoles. Los slogans decían, por ejemplo: ‘Los mejores toros y toreros del mundo para la mejor Feria de América’.
Esa era el ‘Lindo Quito de mi vida’, el del ‘Toro barroso’ y el ‘Chulla Quiteño’. Fiesta, tradición, cultura y alegría.
El ingreso en restaurantes y venta de comidas, colas, cervezas y sombreros de paja toquilla, era importante y permitía a miles de familias juntar dinero para la Navidad. Hoy todo se ha perdido ahogado entre la moda y nuevas corrientes que no respetan la libertad ni las tradiciones.
Hoy la fiesta de los toros emigró a Latacunga, Ambato y Riobamba y los quiteños perdimos un tesoro.