El prestigio de EL COMERCIO, en buena parte se debe a la calidad profesional de sus columnistas como el señor Marco Arauz, quien orienta a la opinión pública sobre la política ecuatoriana caracterizada por la irracionalidad y falta de ética. La causa por la que debe irse la ministra Romo es gravísima; no defendió la democracia ni protegió los derechos y la seguridad de los ecuatorianos. La Constitución en el Art 163 señala que la misión de la Policía es atender la seguridad ciudadana y el orden público, y proteger el libre ejercicio de los derechos y la seguridad de las personas. En los mismos términos se refiere la Ley de Seguridad Pública, resaltando que la ministra Romo es la máxima autoridad policial. El señor Arauz evidencia el problema estructural que facilitó la violencia: “falló la inteligencia”, consecuentemente no hubo planificación, organización ni coordinación con Fuerzas Armadas, el empleo de la Policía fue desordenado e improvisado y dejó en la indefensión a los ecuatorianos. El jefe de la Policía aclaró ante la Comisión de Fiscalización que el decreto 883 fue el detonante de las manifestaciones que rebasó las expectativas de contención.
En la guerra del Cenepa hubiera sido irresponsable que el ministro y mandos militares le digan al país que los peruanos, los mejor armados de la región, “rebasaron” la cordillera del Cóndor. Por la falta de planificación y organización de la fuerza pública un grupo violento impuso por la fuerza la agenda política y económica, esto no es democracia sino un Estado fallido.
Las áreas estratégicas son de responsabilidad de Fuerzas Armadas y fueron capturadas por los violentos, tampoco hubo inteligencia ni planificación, además utilizaron vehículos blindados para la guerra convencional los que fueron destruidos, esta fue una gran irresponsabilidad. Romo y Jarrín debieron haber salido hace un año. Desgraciadamente en la Asamblea existe una clase política mediocre, pero por fortuna está la capacidad profesional y ética de la prensa independiente. A Romo también se le culpa por el reparto de hospitales.