Mucho gente se mudó a Cumbayá o compró una casa allá buscando las bondades del clima y la calma de una población más tranquila, de ritmo apacible y aire más limpio que el contaminado de Quito. Pero ahora resulta que una o dos empresas poderosas, quieren edificar enormes complejos de cemento, de numerosos pisos, que en las propagandas asoman maquillados con un supuesto amor a la naturaleza. No hace falta ponderar la aglomeración de vehículos y la falta de tranquilidad y contaminación que generará este nuevo engendro especulativo, que destruirá un hermoso valle residencial. Varios comités barriales han protestado por estos proyectos.
Me pregunto si el Concejo Municipal y el señor Alcalde han revisado a conciencia estos proyectos. Me pregunto por qué se sigue cobrando peaje hacia el valle de Tumbaco (después de tantos años). Y me pregunto por qué Cumbayá y Tumbaco no constituyen un municipio aparte, bien administrado.
Creo que Quito y las urbanizaciones de los valles aledaños han crecido demasiado y, para tener buenas administraciones resulta ya necesario hacer lo que se hizo en Lima y en Santiago de Chile: dividir la Capital en varios municipios autónomos, que cuiden bien de sus intereses y sectores. Quito, es lamentable decirlo, no está mejor cuidada que antes. Y el Municipio no ejerce ningún control efectivo que mejore el tránsito vehicular e impida la contaminación ambiental, el ruido excesivo y la falta de estética y zonificación en las construcciones.
Vemos con aprensión que se siguen recortando las áreas verdes y talando árboles, en una ciudad que ya soporta excesivo smog y en donde al parecer se ignora que la presencia de un bosque o un parque bien cuidado refresca y disminuye el calor derivado del exceso de asfalto y cemento.
Por lo demás, me parece que, sin gastar mucho, ya la ciudad podía estar mucho más limpia y, con un poco de imaginación, el Municipio ya podía haber rediseñado la circulación de vehículos y completado las numerosas calles cortadas, mal trazadas o sin salida. Si la urbe metropolitana se dividiera por lo menos en cuatro municipios, cada Alcalde podría hacer un recorrido semanal para resolver los problemas de cada barrio. Por lo demás, hay avenidas que fácilmente se podrían ensanchar y arbolar.
El Municipio existe para servir a la ciudad y no a la inversa. No puede ser que la Alcaldía sólo sirva para cobrar más impuestos, crear más trámites y poner multas.