Han transcurrido casi 22 años desde que el Segundo Contrato Colectivo de Trabajo del IESS (CC), entró en vigencia (25 de agosto de 1994). Los derechos y beneficios consagrados en ese instrumento legal, principalmente los constantes en sus artículos 7,10 y 34, fueron vulnerados, causando un grave perjuicio económico a sus extrabajadores. El desfile de presidentes del máximo organismo institucional; directores generales y funcionarios de altos y mandos medios, entre economistas, ingenieros, arquitectos, abogados y demás improvisados, ha sido interminable. Y por su propia incapacidad y desconocimiento, sus gestiones y decisiones timoratas han llevado a la institución a un fracaso y no han sabido o no han contado con la decisión política para resolver los legítimos reclamos de sus extrabajadores. El principal culpable de este descalabro es el Ejecutivo que, por amiguísimos y banderías políticas, nombra a elementos que desconocen sus verdaderos principios doctrinarios, cuando al frente deben estar auténticos consultores y expertos en Seguridad Social, que en el país sí los hay.
Describiré un ejemplo de los abusos y atropellos que se cometieron, entre otros, en contra de sus propios extrabajadores. A partir de agosto de 1994, se separaron de la institución, cientos de trabajadores, cumpliendo 25 años o más de servicio, continuada o interrumpidamente y se les concedió de manera inmediata la jubilación patronal, denominada “completa”. Bajo los mismos argumentos y conceptos contractuales, legales y constitucionales, debieron proceder para la concesión de dicho beneficio en su parte proporcional, asimismo, a favor de los extrabajadores que cumplieron 20 años y menos de 25 (Art. 34 C.C.). Derecho que, además, está consagrado en el Código del Trabajo (Art. 188, inciso séptimo, del cuerpo legal vigente a 2005), pero fue grosera e ilegalmente violentado por autoridades incapaces y sumisas que transitaron por los distintos estamentos de la institución, sin pena ni gloria.