No soy presidente de ninguna asociación, sino representante de AEMoto, Asociación Ecuatoriana de Motociclistas.
Los accidentes de tránsito en moto son un grave problema de salud pública. Los gobiernos están en la obligación de proteger a sus ciudadanos con medidas efectivas y no con parches mediáticos. El Ecuador debe implementar programas urgentes de Educación Vial, campañas de concienciación y capacitación para los ciudadanos motociclistas y para el público en general.
Nada se soluciona con medidas punitivas como el “sostén” con placa, con multas abusivas o incluyendo a las motos en el pico y placa y, peor aún, aumentando los impuestos al vehículo motorizado más “verde” que existe: la moto, el que menos contamina y consume, el que menos espacio ocupa y que da solución de transporte, trabajo o deporte a muchísimas personas. Tampoco ahogando a una incipiente industria y a un pujante comercio que da empleo a millones de ecuatorianos.
No somos considerados en los planes de movilidad y de tránsito. No se han tomado en cuenta los planes de Educación Vial que hemos presentado ni los proyectos para mejorar la seguridad en el Transporte Motociclista, a pesar de que hemos colaborado con las autoridades en todo lo que nos han solicitado. Hemos sido engañados en docenas de reuniones.
Somos más de un millón de ciudadanos en el país, que todos los días utilizamos la motocicleta como medio de transporte, herramienta de trabajo o implemento deportivo. Sin embargo, no hay autoridad alguna que se interese por nuestros derechos, que nos capacite sobre nuestras obligaciones, ni nos tome en cuenta como lo que somos: una solución económica, ágil y eficiente.
Lo que sí hacen es entorpecer la educación vial motociclista impidiendo que la única escuela especializada en motociclismo del Ecuador, Escuela de Motos, ejerza su trabajo con normalidad, continuando con el retraso de permisos y ahora con sanciones. Estos continuos impedimentos nos ha impedido crecer a nivel nacional, después de 10 años de servicio a la comunidad. Nos han perjudicado en nuestra reputación, y nos quieren destrozar en el aspecto económico también; estamos suspendidos en Quito y Santa Elena hace más de un mes y no dan solución a este grave problemas, pues tenemos más de 600 alumnos sin poder sacar sus licencias. ¡Inhumano! El motociclismo en el Ecuador es un caos, como en toda la región, y no hacen nada por remediarlo. Pero lo peor es que no dejan trabajar para lograr un futuro sustentable.