En las noticias se vieron dos cuadros que llenan de indignación, ira y dolor. Una señora con lágrimas y en nombre de sus pequeñas hijas suplica perdón al Gobierno para su esposo detenido en una revuelta.
Otra señora de rodillas , juntando sus manos y bañada en lágrimas ruega perdón al Gobierno para su hijo detenido en la manifestación callejera.
Las protestas callejeras se han suscitado en todos los gobiernos y con solución o sin ella fueron pasajeras.