¡Qué indignación!
Buenos días soy una ciudadana ecuatoriana “INDIGNADA” por la forma de funcionamiento del registro civil. El día de ayer, tras haber pagado el monto económico para obtener el pasaporte acudí al registro civil en vista que no es posible tomar turnos en línea, entonces pensé que el sistema on line no servía. Sin embargo, en la puerta me dijo una funcionaria que los turnos están copados hasta el último día de julio, lo cual, pues me pareció una incomodidad, pero acepté pese a que en el 2016 cuando realicé el mismo trámite me demoré exactamente 35 minutos en obtener mi pasaporte (porque es un DERECHO ciudadano).
Lo que me sorprendió y de verdad me causó indignación es que “una persona” se me acercó DESCARADAMENTE a ofrecer el trámite por un monto de $300 dólares (supongo que es para obtener el turno on line).
No es posible que esto suceda en este siglo y luego de que esta institución haya tenido un buen funcionamiento por varios años. No quisiera pensar que los funcionarios públicos que trabajan ahí tengan alguna relación con los tramitadores porque son actos de clara muestra de CORRUPCIÓN en un estado de supuesta DEMOCRACIA.
Espero poder sacar el turno pronto porque es mi DERECHO al igual que el de otros ciudadanos que estamos lejos de estos actos descarados y cínicos.
Sonia Ximena Artieda Maruri
Ecuador, navega en la incertidumbre
Vivimos en un mundo volátil, fugaz, moderno en palabras de Bauman, atravesamos un mar de incertidumbres en términos de Piaget, en donde la barca de la esperanza es mas probable que se sumerja en el océano, a que llegue a la orilla a salvo. Así de terrible y desoladora es nuestra situación en el Ecuador. El reciente hecho histórico, “muerte cruzada” representa la decadencia de la política ecuatoriana en todos sus niveles. Una asamblea deficiente y negligente que no ha cumplido con su función de legislar y un presidente que ha ignorado a un pueblo. En resumen, un sistema contaminado de representantes que buscan beneficio propio, en nombre sagrado de la democracia y aprovechándose de las necesidades del pueblo ecuatoriano para lucrase de negocios pomposos y truculentos.
Como futuros líderes y ciudadanos comprometidos, debemos hacer surgir una nueva visión de política, honesta, trabajadora y equitativa para construir un Ecuador que vele por el bien común de todos los ecuatorianos.
Patricio Aldair Londo Pérez
El reflejo del río
Me he sentado la mañana de hoy en la banca del malecón que apunta hacia la municipalidad de Guayaquil. Después de un engorroso momento en una entidad pública, necesitaba distraerme de esa sensación pesada, que todos sentimos, después de enojarte con el vacío de la ineptitud.
Por la avenida Simon Bolivar circulaban los partícipes de un día más en la historia de Guayaquil; mientras en mis ojos se reflejaba el edificio neoclásico desde donde se rige esa historia. Al frente mío, un hombre mayor de edad cuyos ojos y pesado sentar reflejan que lleva ya mucho más tiempo despierto que el mismo sol. Han pasado también dos jovenes quienes, por el contrario, es probable que no se hayan dado cuenta que ya amaneció. Hay murmullo, conversaciones sobre política, pronósticos deportivos y humor muy criollo. También hay miedo, los guardias que custodian el malecón están atentos a un grupo de personas quienes actúan de manera que reflejan sus intenciones naturalmente.
Es un día más, de un Guayaquil que trasciende igual que el flujo del Río Guayas. Que se viste con gorra y mangas largas para protegerse del sol, pero también con camisa y perfume para combinar con el prestigio de las instituciones que aquí operan. Los árboles se mueven con la brisa del invierno saludando a quienes se detienen a apreciar su entorno. Ellos también son Guayaquil. Hay palomas que vuelan y hacen casa del municipio sin importar quien habite en ella, son libres, no tienen más color que el de sus plumas.
Finalmente, me percato que un joven se sienta frente al Cabildo y me observa detenidamente. En sus ojos se refleja la esperanza apaleada por la incertidumbre. El aire que respira es diferente al salir de su cuerpo, está cargado de sueños y pasiones. El también se sienta de manera muy pesada pero está listo para salir corriendo de ser necesario. Me detengo antes de volver a mi cotidianeidad, vuelvo la cabeza en reflejo al percatarme que todo el tiempo observe el reflejo del río y él, el de los vidrios y ventanales. No nos vimos ajenos, nos vimos por igual. Y es que Guayaquil es el reflejo de todos nosotros. Auguro un buen inicio de gestión al alcalde Aquiles Alvarez.
Luis A. Torres S.
Misión especial
El Señor nos ha llamado desde la eternidad. A cada persona por su nombre. Y nos ha dado una vocación, es decir, una misión especial para que la cumplamos mientras vivamos en la tierra. A todos nos ha otorgado unos talentos, que son gracias especiales para que desarrollemos todo ese potencial que Él ha inscrito en nuestros corazones. Nadie ha nacido por casualidad. Todos estamos en la mente de Dios antes de ser creados. Es por esto, que impedir que nazcan seres humanos, es una falta grave, porque el Señor contaba con ese individuo, para llevar a cabo su plan divino. Y aquí estamos… Con nuestras profesiones y oficios. Dedicándonos al trabajo que nos ha tocado desempeñar. Algunas veces ocurre, que no necesariamente esa labor que estamos realizando nos satisface. Pero, reflexionemos… Nuestro Padre nos quiere allí… ¿Por qué? Son designios divinos que luego los comprenderemos, aquí en la tierra, o cuando estemos con Él cara a cara, en nuestro Juicio Particular. Mientras tanto, a cumplir las tareas de cada día. A tratar de acabarlas con la mayor perfección posible; poniendo todo el amor y el empeño en realizarlas. Ninguna ocupación es despreciable, por más pequeña e insignificante que parezca. Para Dios, todo lo que haga la persona que Él ha creado puede ser santificable, en la medida en que se ponga todo el esfuerzo y la dedicación posible.
Mario Monteverde Rodríguez