Cartas a Quito / 16 de agosto del 2023
No existe gente de combate en el Ecuador
Debemos ser realistas y decir las cosas de manera clara y precisa. En el Ecuador tanto militares como los policías no han demostrado su verdadera función, la cual es enfrentarse con la gente mala y eliminarla o neutralizarla para que no hagan daño o perjudiquen a las demás personas. En los actuales tiempos tenemos que decir que los uniformados solo sirven para "impresionar o figuretear" a la población civil con sus armas y uniformes. Hasta ahora no se ha ganado ninguna guerra ni se ha destruido algún cartel del narcotráfico que ha ingresado al país, por el contrario el "queminportismo" de los uniformados y la complicidad de las leyes actuales ha permitido que sicarios y mafias extranjeras hagan del Ecuador su mina de oro. Es hora que llegue a la presidencia una persona con una mentalidad de mejora, decidido, sin miedo y que sepa escoger a sus colaboradores. Lo primero que deberá hacer es hacer una consulta popular para redactar una nueva constitución en la que se endurezca las penas y se reduzca personal uniformado y que solo queden los que estén decididos a combatir contra el mal.
Arturo B. Guevara G.
El derecho a la defensa y al honor
Se investigó y comprobó hace dos décadas que la gente ‘repite lo primero que escucha, y genera conductas conculcadoras de la presunción de inocencia, que, aunque separadas entre sí, están unidas al concepto inicial’ (Anderson, 1974). El ‘efecto abanico’, como ‘aceite en papel’, por persecución mediática o por ‘anulación del archivo de una causa, arrasa con el pasado de una persona, hace invivible su presente y le arrebata el derecho a su proyecto de vida. Son treinta los derechos humanos, y la presunción de inocencia está interconectado con cada uno de ellos’. (El caso Sandra Correa, F. Herrera, 2023). Cuando los hechos objetivos son menos importantes a la hora de modelar la opinión pública que la apelación a la emoción o a la creencia personal -la ‘posverdad’ (Oxford, 2016), hay que educar (Hackett, 2016) ‘la mente de los acosadores’ (Blanco, 2002) respecto del derecho ‘al debido proceso; a un juez competente; a la defensa; a la palabra; al honor, buen nombre y a la integridad moral’.
Diego Fabián Valdivieso Anda