Cartas a Quito / 1 de junio del 2023

Pobres Delincuentes

Al estimado lector que lea esta carta, me gustaría preguntarle sobre cuáles son los síntomas de carecer de sentido común. Podría resumírselo como una distorsión de la realidad, en la que el paciente es incapaz de ver y resolver cuestiones lógicas en su entorno. Los pacientes más comunes son por desgracia políticos, los cuales algunos incluso son presidentes, y que como consecuencia trae incompetencia en la administración de un país.

Veamos uno de los casos más graves: el señor Gustavo Petro, presidente de Colombia en recientes meses ha criticado tajantemente la mano dura ejercida por Nayib Bukele, presidente de El Salvador, hacia los delincuentes, homicidas y miembros de mafias en el crimen organizado. Los avances y progreso en cuestión de seguridad en los últimos ocho años en EL Salvador son históricos, hasta el punto de celebrar un año sin homicidios. 

Aquí es donde la esquizofrenia afecta la percepción de la realidad, no solo Petro, si no miembros de la ONG y demás personajes políticos lloran ante la crueldad que son tratados los criminales. Cabría preguntarse si se ponen a pensar en la crueldad que estos ejercieron y como privaron de la vida a sus víctimas. Al parecer no tener sentido común, o más bien voluntad política, impide ver que la mano dura si funciona y marca las pautas para combatir situaciones de inseguridad. 

Marc Anthony Pardo Orellana 

Candidatos deben ser preparados y no solo conocidos

Es de esperar que las insatisfacciones de la ciudadanía por la calidad de los Asambleistas preferidos en las elecciones pasadas, sirvan de lección a los partidos políticos, dado el nivel tan bajo al que cayeron, fruto de que para llenar los porcentajes de aceptación por parte del Consejo Electoral, generalmente escogen cantantes y bailarinas que pueden lucirse en los escenarios en los cuales son aplaudidos, pero son una tremenda vergüenza y fracaso en un sitio donde se debaten los intereses del País.

Y como el CNE no tiene herramientas para descalificar a quienes no cumplen los mínimos requisitos de formación, instrucción y vida honesta, sin tachas ni pecados públicos, se ven obligados a dar paso a todas las candidaturas, por lo cual son las tiendas políticas, las únicas que pueden escogerlas, de donde nace su irresponsabilidad o su sensatez, más aun en el caso de los Asambleistas escogidos a nivel provincial, donde los candidatos calificados para esos puestos pueden ser muy pocos, por tratarse de poblaciones más pequeñas.

Ojalá Asambleistas “histéricas” como les califica varios medios de comunicación, no asomen  porque dan más pena que vergüenza, tampoco quienes han importado vehículos con exoneración de tributos aduciendo discapacidad, sin tenerla, olvidando que ello es una defraudación aduanera penada con el Art. 299 del Código Penal vigente o la denuncia por violación, sancionada por el Art. 171 del mismo cuerpo legal, a más de varios otros acusados de responsabilidades ante la Contraloría General.

Iván Escobar Cisneros

Los que se juntan

La tendencia natural es que se unan en grupos quienes son similares.

Así, se juntan animales de una misma especie, personas con las mismas preferencias, personas con similares características.

Esto explica una homogeneidad de los grupos: similares respuestas a eventos, similares objetivos, comportamientos muy parecidos, y, así por el estilo.

La parte positiva de la reunión en grupos es el intercambio de conocimientos, experiencias y descubrimientos positivos.

La parte negativa y más grave es cuando la característica de lois que se unen o juntan en grupos es el fanatismo, el dogmatismo, la sumisión, la obediencia ciega: esto genera una inmovilidad mental, incapacidad de razonar, falta de deseo de superación individual, conformismo, y, dependencia intelectual enfermiza.

Lamentablemente, lo hemos visto en Ecuador, en una mayoría de gente encargada de generar leyes, obligados por esta situación a ser pensantes, o, en ciertos partidos o grupos políticos, donde el mérito es quien se destaca por el mayor servilismo o la mayor sumisión: CONAIE, UNES, por mencionar solamente los más representativos de este grupo, pero parece que estas características son contagiosas, hoy también las vemos en el Partido Social Cristiano, que hoy más parece el Partido Social Correísta (PSC).

Quienes por su condición de obedientes, algunas personas definen esto como orgánicos, no están en capacidad ni de crear leyes, ni tampoco de gobernar nada, y peor cuando los líderes, practican hoy lo que criticaban ayer: Correa empezó discrepando con los asambleístas deportistas o de la farándula, y, terminó poniendo asambleístas del mismo tipo pero de inferior nivel, contradiciendo al mismísimo San Martín que dijo: “un hombre que carece de normas morales, y, que hoy hace lo que ayer criticaba, no puede nunca representar realmente a sus conciudadanos, o a Nebot que critiocó a Correa y luego se unió a él.

José M. Jalil Haas