Solo en bonos el IESS tiene 8 mil millones de dólares guardados desde hace muchos años. Las inversiones de IESS deben decidirse en base de seguridad, liquidez y rentabilidad para que los jubilados puedan morir dignamente, pero una vez que el instituto fue convertido en caja chica de los gobiernos, el dinero ajeno sirvió para cualquier clase de negocio como Coca Codo Sinclair.
Mientras para equipar los hospitales se pidió prestado dinero, ahora se le ordena al BIESS comprar los bonos de los jubilados “que voluntariamente acepten” a precio mayor que el de otras entidades financieras. E es por ello que del total comprado, el 98.5% corresponde al BIESS y solo el 2.5% a otros inversionistas. Total, el IESS pierde liquidez y como siempre sale perjudicado. La Ley de Seguridad Social declara sagrados los dineros de los afiliados que son diferentes de los del fisco, nadie puede tocarlos, pero resulta que en esta empresa llamada IESS, sus dueños que son los trabajadores que aportan y la mantienen, no pueden decir ni pío. La deuda del Estado con el IESS es eterna, nunca la pagara porque en total sobrepasa los 20 mil millones. Se impone ‘gente honrada’ para manejar el IESS antes de que quiebre.