‘Cien años de soledad’ es tal vez una de las mejores escenificaciones del arquetipo de la sociedad latinoamericana. El pueblo en el cual toma vida la historia es Macondo y su evolución a lo largo de la novela, junto con el desenlace de la familia Buendía, son el eje principal de García Márquez. El Ecuador es una réplica interesante de algunos elementos importantes que aparecen en el libro: grandes confrontaciones (pueblo chico= infierno grande), derroches, partidos políticos inútiles, fantasmas pasados inquebrantables, élites dominantes, aislamiento. Por lo que, no sería descabellado preguntarse de vez cuando, si los letreros de entrada al país deberían decir: Bienvenidos a Macondo. La lección de este escenario es que el gobierno o los líderes con visiones “revolucionarias” deberían aprender un poco más de historia y literatura, y menos de política e ideología.