En el año 2016, J. Miller de la Universidad Estatal de Connecticut Central, publica un estudio en donde determina qué países leen más libros. Utilizando bases de datos provenientes de Unesco y PISA, Miller determina un ranking de 61 países. Los países nórdicos ocupan los 5 lugares más altos. El primer representante para Sudamérica es Brasil en el puesto 43, Colombia está en el 57. Botswana cierra la lista en el último puesto. En Ecuador se leen tan pocos libros que no se lo incluye en la lista. Solo 3 países de los 61 mencionados pertenecen a Sudamérica. Cuando Jeff Bezos apostó a los libros para crear uno de los más grandes imperios económicos en la historia, llamado Amazon.com, cuyo valor en el mercado es hoy de un trillón de dólares, lo hizo pensando en la capacidad de consumir libros que poseen las naciones desarrolladas y el bajo costo que éstos representan. En Ecuador al libro suele considerárselo una rareza, no es una prioridad o estrategia nacional, es costoso y se lo encuentra en pequeñas cantidades.
Según Miller, los libros son un signo de la “vitalidad cultural de una nación” y el comportamiento de lectura es “crítico para el éxito de los individuos y naciones”. En particular porque el valor de la fuerza bruta termino hace siglos y hoy las economías poderosas se fundamentan en el comercio del conocimiento. Miller concluye que aquellas sociedades que no practican la lectura son “escuálidas, malnutridas en mente y cuerpo, represivas de los derechos humanos y dignidad, brutales y toscas”. Así no puedo olvidar la reciente masacre de Posorja en Ecuador y los horrores e incertidumbres del día a día.